Coevaluar. Cinco cosas que no deberías hacer.

¿Evaluar entre iguales… o simplemente dar opiniones?

La coevaluación puede ser una herramienta fantástica para aprender a mirar, valorar y mejorar junto a otros. Pero también puede convertirse en un trámite vacío si no se aplica con sentido. ¿El secreto? Evitar errores que la vacían de valor y cuidar el proceso como parte del aprendizaje al coevaluar.

Aquí te contamos 5 cosas que no deberías hacer al coevaluar si quieres que la experiencia sea realmente formativa para tu alumnado.

coevaluar

1. Usar “la nota” como único objetivo.

Si la coevaluación se reduce a poner una nota a un compañero, perdemos el foco. El objetivo no es calificar, sino reflexionar sobre el proceso, dar retroalimentación y aprender de los demás.

En su lugar:
Utiliza rúbricas o listas sencillas y claras que inviten a observar, valorar y sugerir mejoras.
Por ejemplo: “¿Explicó sus ideas con claridad?” “¿Se esforzó en el trabajo?” “¿Qué hizo muy bien? ¿Qué podría mejorar?”

2. No preparar al alumnado para coevaluar.

Lanzar la coevaluación sin haber trabajado previamente qué significa valorar con respeto, qué es una buena retroalimentación o cómo usar los criterios… es garantía de fracaso.

En su lugar:
Haz simulaciones, modela cómo dar una devolución positiva, practica frases útiles:

  • “Me gustó cuando…”
  • “Podrías mejorar si…”
  • “Una sugerencia sería…”

Esto se entrena, como cualquier otra competencia.

3. Hacerlo solo al final.

La coevaluación no es un acto de cierre, sino una estrategia para aprender mientras hacemos. Si solo aparece al final de un proyecto o una exposición, su valor se reduce.

En su lugar:
Integra momentos de coevaluación durante el proceso.
Por ejemplo:

  • Revisar borradores.
  • Comentar ideas antes de exponer.
  • Aportar sugerencias mientras se construye.

4. No respetar la voz del alumnado al coevaluar.

A veces, se usan las coevaluaciones como “relleno”, pero luego no se toman en cuenta sus aportaciones. Eso desmotiva y resta valor al proceso.

En su lugar:
Haz visibles sus aportaciones. Comenta con ellos qué conclusiones han salido, qué acciones se tomarán.
Si un grupo propuso una mejora, hazlo notar en clase. Eso refuerza la idea de que evaluar también transforma.

5. Obligar a coevaluar en todas las tareas

No todas las tareas son adecuadas para ser coevaluadas. A veces, el momento no es el mejor, el grupo no está preparado, o la actividad no lo necesita.

En su lugar:
Selecciona bien qué momentos merecen ser compartidos, observados y comentados entre iguales. La coevaluación debe tener sentido, no ser una rutina vacía.

La coevaluación puede ser una aliada si se hace con intención, preparación y cuidado. Evitar estos errores te permitirá convertirla en una herramienta real de aprendizaje, donde el alumnado no solo recibe valoraciones, sino que también aprende a mirar, a escuchar y a crecer con otros.

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