8 estrategias para desarrollar el pensamiento crítico

En este artículo vas a encontrar 8 estrategias prácticas, claras y fundamentadas para desarrollar el pensamiento crítico en primaria. No se trata de actividades sueltas, sino de propuestas que ayudan al alumnado a comparar ideas, justificar decisiones, analizar errores, formular buenas preguntas o escribir con sentido.

Cada estrategia incluye una explicación detallada, un ejemplo realista para segundo o tercer ciclo, sugerencias concretas para llevarla al aula y una breve fundamentación pedagógica basada en investigaciones educativas actuales.

Un recurso pensado para quienes quieren que en sus clases se piense, se dialogue y se aprenda a mirar el mundo con mente abierta.

pensamiento crítico

“El pensamiento no se enseña solo con respuestas, sino con preguntas que invitan a mirar el mundo desde otro ángulo.”

El pensamiento crítico no es una meta lejana ni una habilidad reservada para las etapas superiores. En realidad, es una forma de ver, de analizar y de actuar que puede —y debe— comenzar a cultivarse desde la infancia. Si queremos que nuestros alumnos y alumnas aprendan a argumentar con fundamento, a tomar decisiones con sentido y a convivir desde la comprensión, no podemos limitarnos a enseñarles “lo que deben pensar”, sino abrir espacios para que aprendan cómo pensar por sí mismos.

En primaria, y especialmente a partir del segundo ciclo, el desarrollo de la capacidad de razonar, cuestionar y justificar empieza a consolidarse. Es un momento clave para incorporar estrategias que permitan ir más allá de la memorización y entrenen habilidades de pensamiento de orden superior. Pero incluso en el primer ciclo, con las limitaciones propias del proceso lector y escritor, se pueden introducir dinámicas orales, visuales y cooperativas que activen el juicio reflexivo y la empatía.

Este artículo reúne 8 estrategias prácticas y fundamentadas para ayudar a nuestro alumnado a pensar mejor. Están pensadas para segundo y tercer ciclo de primaria, aunque algunas también pueden adaptarse al primer ciclo. Cada una incluye una explicación clara, un ejemplo realista, ideas aplicables en clase y su correspondiente respaldo pedagógico.

“Educar para pensar no es enseñar a tener la razón, sino a buscarla con respeto, argumentos y mente abierta.”

1. Haz preguntas que abren la mente para trabajar el pensamiento crítico.

¿En qué consiste?

El pensamiento crítico comienza por una buena pregunta. No cualquier pregunta, sino aquellas que estimulan la curiosidad, la duda razonable o el análisis desde otras perspectivas. Las llamamos preguntas abiertas porque no tienen una única respuesta correcta, y precisamente por eso son tan poderosas.

Son preguntas que amplían, que invitan a cuestionar lo que damos por hecho, que transforman una simple lectura o problema matemático en un reto para la mente. Además, permiten al docente modelar una actitud de búsqueda en lugar de certeza inmediata, creando un clima donde pensar no solo es posible, sino deseado.

Estas preguntas pueden usarse al inicio de una actividad para activar el pensamiento, durante el proceso para reorientar la reflexión o al final como forma de revisión crítica.

Ejemplo práctico

Ciclo idóneo: Segundo o tercer ciclo de primaria.

Durante la lectura compartida de un cuento clásico (por ejemplo, Caperucita Roja), el docente plantea:

  • ¿Y si el lobo no fuera el malo de la historia?
  • ¿Crees que Caperucita hizo lo correcto?
  • ¿Qué habría pasado si el cuento ocurriera hoy, en nuestra ciudad?

Estas preguntas se lanzan al grupo clase o en pequeños equipos de discusión. No se busca una respuesta concreta, sino abrir posibilidades de interpretación y argumentación. Pueden acompañarse de visuales o dramatizaciones.

💡 Sugerencias e ideas para clase

  • Crea un panel en el aula con el título: Preguntas que nos hacen pensar. El alumnado puede ir añadiendo las suyas.
  • Utiliza tarjetas con preguntas tipo “¿Qué pasaría si…?” o “¿Podría haber otra explicación?” y repártelas al azar en distintos momentos del día.
  • Haz un “minuto de pensar” donde cada alumno elija una pregunta y reflexione en voz alta o por escrito.
  • Introduce estas preguntas en las áreas de matemáticas (“¿Hay más de una forma de resolver este problema?”) o ciencias (“¿Qué crees que pasaría si…?”).

Fundamentación pedagógica

El uso de preguntas abiertas forma parte de enfoques reconocidos como el Pensamiento Visible (Ritchhart et al., 2011), la Filosofía para Niños (Lipman, 2003) o el enfoque Inquiry-Based Learning. Todas estas propuestas coinciden en que el pensamiento crítico no se transmite: se ejercita, y la pregunta es su herramienta clave.

Desde la taxonomía de Bloom revisada (Anderson & Krathwohl, 2001), este tipo de preguntas suele activar niveles de comprensión, análisis y evaluación, en lugar de quedarse en recordar información. Además, fomentan la metacognición y el diálogo respetuoso, elementos esenciales en una cultura del pensamiento.

2. Comparar versiones y puntos de vista

¿En qué consiste?

Una de las habilidades centrales del pensamiento crítico es aprender a comparar perspectivas. Esto implica observar un mismo hecho desde distintas versiones, opiniones o intereses, y entrenar al alumnado para que identifique matices, analice diferencias y tome posición con argumentos.

Esta estrategia parte de una premisa clave: no hay una única forma de ver las cosas. Y enseñar esto desde primaria es fundamental para desarrollar la empatía cognitiva, el juicio propio y la capacidad de dialogar sin imponer.

Comparar puntos de vista también ayuda a que el alumnado comprenda que muchas veces lo que pensamos está influido por la fuente, el lenguaje o la intención con que se presenta la información. Y eso es un pilar de la lectura crítica.

Ejemplo práctico

Ciclo idóneo: Segundo o tercer ciclo de primaria.

En 5.º de Primaria, dentro del área de Ciencias Sociales, tras hablar sobre el uso del móvil en la infancia, se presentan dos breves textos con opiniones diferentes:

  • Un artículo adaptado donde una madre defiende limitar su uso.
  • Otro donde un adolescente justifica que usarlo le ayuda a organizarse y aprender.

El alumnado, en parejas o pequeños grupos, responde:

  • ¿En qué se parecen estas dos opiniones?
  • ¿En qué se diferencian?
  • ¿Cuál te convence más? ¿Por qué?

Después, se hace una puesta en común, y se invita a los alumnos a cambiar de punto de vista temporalmente y defender el contrario (role-playing argumentativo).

💡 Sugerencias e ideas para clase

  • Utiliza cuentos tradicionales y sus versiones modernas (por ejemplo, Cenicienta original vs. La Cenicienta que no quería comer perdices).
  • Muestra dos titulares distintos sobre una misma noticia y analiza cómo cambian según el medio.
  • Proponles una situación escolar con dos testimonios (ej. “Juan dice que no le dejaron jugar, pero Marta dice que Juan se enfadó solo”). Luego analizan: ¿qué dice cada uno?, ¿qué pruebas hay?, ¿pueden tener los dos parte de razón?
  • Aplica esta estrategia a problemas matemáticos: ¿hay más de una forma de resolverlo? ¿cuál es más rápida o más clara?

Fundamentación pedagógica

Comparar y contrastar es una de las destrezas centrales del pensamiento según los marcos de Visible Thinking (Harvard Project Zero), y también aparece de forma destacada en el enfoque de Aprendizaje Basado en el Pensamiento (TBL) de Robert Swartz, como una de las habilidades de pensamiento más versátiles y transferibles.

En la Taxonomía de Bloom revisada, se ubica en el nivel de analizar, que implica reconocer relaciones, diferencias y estructuras lógicas.

Además, según estudios sobre alfabetización crítica (Freire, 1970; Lewison et al., 2002), el contraste de perspectivas ayuda al alumnado a comprender que todo texto tiene una ideología implícita, y por tanto deben aprender a leer el mundo con conciencia crítica.

3. Usa rutinas de pensamiento para hacer visible lo invisible. Pensamiento crítico visible.

¿En qué consiste?

Las rutinas de pensamiento son estructuras breves, repetibles y fáciles de recordar que ayudan al alumnado a organizar y expresar su pensamiento de manera más profunda y clara. No son actividades puntuales ni técnicas complejas, sino hábitos mentales que, con el tiempo, se interiorizan y transforman la manera de aprender.

Su valor está en que convierten el pensamiento en algo visible, compartido y consciente. Ayudan al alumnado a verbalizar lo que observa, lo que infiere, lo que siente, lo que duda… y lo que ha aprendido. Funcionan bien como apertura, durante una actividad o como cierre reflexivo.

En el aula de primaria, las rutinas se pueden utilizar a través del diálogo oral, mapas visuales, dibujos o escritura breve, según el nivel del grupo y la dinámica.

Ejemplo práctico

Ciclo idóneo: Segundo y tercer ciclo de primaria (aunque “Veo, pienso, me pregunto” se adapta bien al primero).

Rutina 1: Veo, pienso, me pregunto
Se proyecta una imagen ambigua o curiosa (por ejemplo, una ilustración sin palabras de Elmer, un cuadro surrealista o una foto histórica). En silencio, el alumnado responde:

  • Veo… (lo que hay, lo descriptivo)
  • Pienso… (lo que intuye, interpreta)
  • Me pregunto… (lo que le genera curiosidad)

Luego comparten en grupos y se hace una puesta en común. Esta rutina es ideal para activar pensamiento crítico, inferencias y generar diálogo.

Rutina 2: Antes pensaba… ahora pienso…
Después de trabajar un tema (como los animales en cautividad, el reciclaje o la convivencia), se les invita a completar por escrito o oralmente:

  • Antes pensaba que…
  • Ahora pienso que…

Así se hace visible cómo ha cambiado o se ha matizado su pensamiento tras aprender o dialogar.

💡 Sugerencias e ideas para clase

  • Crea una zona en el aula con carteles visuales de las rutinas y ejemplos hechos por el alumnado.
  • Integra las rutinas como parte habitual de la lectura, la resolución de problemas o los proyectos.
  • Usa pizarra blanca o post-its para que el alumnado escriba sus ideas rápidamente y se vean todas juntas.
  • Haz una carpeta de “mis rutinas de pensamiento” donde cada alumno acumule sus reflexiones.

Fundamentación pedagógica

Las rutinas de pensamiento surgen del proyecto Visible Thinking de Harvard (Ritchhart, Church y Morrison, 2011), y están diseñadas para promover una cultura del pensamiento en el aula. Su uso sistemático mejora la comprensión profunda, el lenguaje argumentativo y la conciencia metacognitiva.

En términos de la taxonomía de Bloom, estas rutinas permiten activar todos los niveles cognitivos, desde recordar y comprender hasta analizar y evaluar, dependiendo de cómo se utilicen.

Además, permiten trabajar con todo el grupo a la vez, con alto grado de participación, adaptabilidad y transferencia a cualquier área del currículo.

4. Debate guiado para argumentar con respeto

¿En qué consiste?

El debate guiado es una dinámica estructurada en la que los alumnos y alumnas defienden diferentes puntos de vista, desarrollan argumentos, escuchan con atención y responden con respeto. A diferencia de una discusión libre, el debate guiado tiene normas, turnos y roles claros, lo que lo hace especialmente útil en primaria.

Este tipo de actividad no busca ganar ni convencer, sino aprender a pensar desde la diversidad de opiniones. Al hacer que el alumnado defienda incluso un punto de vista que no comparte, se fomenta la flexibilidad cognitiva, la empatía argumentativa y la comprensión profunda de los temas.

Ejemplo práctico

Ciclo idóneo: Segundo y tercer ciclo de primaria.

En una sesión de tutoría o ética, se plantea el tema:
¿Deberíamos tener deberes todos los días?

El grupo se divide en dos equipos. A cada equipo se le asigna una postura (a favor/en contra) y se le da tiempo para construir sus argumentos con ayuda de una plantilla.

Durante el debate:

  • Se turnan para hablar.
  • Solo puede intervenir quien tenga el “objeto de palabra”.
  • Cada intervención debe empezar por: “Un argumento a favor/en contra es…”
  • Se cierra con una reflexión grupal: ¿te ha hecho pensar algo diferente?

💡 Sugerencias e ideas para clase

  • Empieza por temas cercanos: recreo, juegos, deberes, normas escolares, mascotas…
  • Usa tarjetas con frases útiles: “Estoy de acuerdo porque…”, “No lo veo igual porque…”, “¿Qué opinas de…?”
  • Da un rol adicional a quien modera, toma notas o registra los argumentos.
  • Graba el debate y revísalo después con el grupo para mejorar las intervenciones.

Fundamentación pedagógica

El debate guiado activa múltiples funciones cognitivas: planificación, lenguaje argumentativo, escucha activa, regulación emocional… Según Mercer (2000), el diálogo estructurado es una de las vías más potentes para aprender a pensar juntos.

También está alineado con la enseñanza dialógica (Alexander, 2006), y con el modelo de aprendizaje cooperativo con roles funcionales, que mejora la participación equitativa.

Desde Bloom, se trabaja sobre todo en los niveles de evaluar y analizar, al tener que distinguir entre tipos de argumentos, reconocer contradicciones y responder con lógica.

5. Detectives de argumentos. Una manera diferente de trabajar el pensamiento crítico.

¿En qué consiste?

Esta estrategia convierte al alumnado en pequeños detectives del pensamiento: su misión es leer un texto de opinión, identificar lo que se dice y descubrir cómo se justifica. No se trata solo de entender el contenido, sino de analizar el tipo de discurso, reconocer los argumentos y diferenciar entre hechos, opiniones y evidencias. Una manera diferente de trabajar el pensamiento crítico y creativo.

Con esta dinámica se fomenta una lectura crítica, en la que no se acepta todo lo que se lee como verdad incuestionable. El alumnado aprende a hacer preguntas como:

  • ¿Qué quiere decir realmente esta persona?
  • ¿Por qué lo piensa?
  • ¿Hay razones o solo opiniones?

Esta estrategia puede aplicarse a textos escritos, vídeos, mensajes de audio, noticias breves o incluso diálogos de personajes.

Ejemplo práctico

Ciclo idóneo: Tercer ciclo de primaria.

En clase de lengua, se reparte un pequeño texto adaptado con una opinión sobre el uso de uniformes escolares. El alumnado debe responder a tres preguntas clave:

  • ¿Qué piensa la persona que escribe?
  • ¿Qué razones da para apoyar su idea?
  • ¿Da pruebas o solo expresa su opinión?

Después se debate en pequeños grupos: ¿nos parece un buen argumento? ¿estamos de acuerdo o no? ¿por qué?

Se puede trabajar en formato de subrayado con colores, mapa de ideas o plantilla de análisis.

💡 Sugerencias e ideas para clase

  • Crea una plantilla con tres columnas: Qué piensa, Qué razones da, Qué pruebas ofrece.
  • Introduce esta dinámica con mensajes cotidianos: anuncios, carteles, opiniones de personajes de cuentos…
  • Haz que los alumnos escriban mini-opiniones y luego intercambien para analizarse entre ellos.
  • Usa textos breves con posturas encontradas y propón analizarlos por parejas.

Fundamentación pedagógica

Esta actividad desarrolla la alfabetización crítica (Lewison, Flint y Van Sluys, 2002), y se apoya en los enfoques de lectura profunda y pensamiento argumentativo. Aprender a identificar razones y distinguir entre tipos de enunciados es una habilidad esencial para la participación democrática y el pensamiento autónomo.

Desde la taxonomía de Bloom revisada, se trabaja en los niveles de analizar y evaluar. También se refuerza la competencia en comunicación lingüística (CCL) y la competencia social y cívica, al introducir la reflexión sobre discursos reales.

Además, promueve la autorregulación cognitiva, ya que el alumno debe controlar cómo procesa la información, no solo reproducirla.

6. Toma de decisiones con criterios de pensamiento crítico.

¿En qué consiste?

Tomar decisiones de forma crítica implica más que elegir lo que nos gusta. Supone valorar opciones en función de unos criterios claros, justificar la elección y ser capaz de explicar por qué se ha descartado lo otro.

Esta estrategia propone situaciones abiertas donde no hay una única respuesta correcta, pero sí un marco racional para decidir. El alumnado aprende así a decidir con argumentos, a priorizar valores y a pensar en consecuencias. Esto tiene un gran valor educativo, especialmente en situaciones relacionadas con la convivencia, los proyectos o la ética relacionadas con el desarrollo del pensamiento crítico.

Ejemplo práctico

Ciclo idóneo: Segundo y tercer ciclo de primaria.

En clase de tutoría, se plantea la siguiente situación:

“Vamos a elegir el animal que representará a nuestra clase. Pero no podemos escogerlo solo por gusto. Debe cumplir estos tres criterios:

  1. Ser fácil de cuidar.
  2. Ser respetuoso con el entorno.
  3. Representar cómo somos como grupo.”

Los equipos analizan posibles animales (reales o simbólicos), los valoran según los criterios, y luego presentan su propuesta al grupo.

Durante la presentación, deben justificar su elección y explicar cómo han descartado otras opciones.

💡 Sugerencias e ideas para clase

  • Usa una tabla con los criterios como base visual para comparar opciones.
  • Cambia los contextos: elegir un juego de patio, diseñar una excursión, proponer una mejora para el aula…
  • Introduce criterios más éticos en proyectos de ciencias sociales o naturales.
  • Haz una segunda ronda en la que deban defender una opción que no eligieron al principio.

Fundamentación pedagógica

Tomar decisiones justificadas es una habilidad fundamental en el pensamiento crítico. Según Robert Swartz (TBL), el pensamiento de toma de decisiones es uno de los más transferibles y útiles a lo largo de la vida escolar y personal.

Además, esta estrategia activa procesos metacognitivos: el alumnado no solo elige, sino que piensa sobre cómo piensa al elegir, y aprende a regular su juicio.

Desde la taxonomía de Bloom revisada, se sitúa en el nivel de evaluar, y puede escalar a crear cuando implica diseñar soluciones. También favorece la competencia personal y social, y la conciencia y expresión cultural.

7. Analiza errores y casos reales. El pensamiento crítico que nos hace mejorar.

¿En qué consiste?

Una parte esencial del pensamiento crítico consiste en detectar errores, contradicciones, problemas mal resueltos o situaciones conflictivas, y analizar cómo podrían haberse gestionado de forma más adecuada. No se trata de buscar culpables, sino de aprender a pensar desde el error como fuente de reflexión.

Esta estrategia plantea al alumnado situaciones reales (de aula, de convivencia, de resolución de tareas, etc.) y les propone que actúen como “analistas”:

  • ¿Qué ha pasado aquí?
  • ¿Qué no ha funcionado?
  • ¿Qué alternativas habría?

Así se estimula el pensamiento causal, la evaluación de consecuencias y la propuesta de soluciones razonadas.

Ejemplo práctico

Ciclo idóneo: Segundo y tercer ciclo de primaria.

Durante una sesión de matemáticas, se muestra una resolución de problema con varios errores (por ejemplo, una resta mal alineada o un razonamiento incoherente). En grupos pequeños, los alumnos deben:

  1. Detectar qué errores contiene la solución.
  2. Explicar por qué son errores.
  3. Proponer cómo se podría haber hecho mejor.

Alternativamente, se puede usar un conflicto real de aula (por ejemplo, una discusión en el recreo) y reconstruir qué ocurrió y cómo podría haberse resuelto mejor.

💡 Sugerencias e ideas para clase

  • Crea tarjetas de “errores misteriosos” con fallos intencionados en textos, dibujos o cálculos.
  • Usa noticias reales o noticias adaptadas que muestren decisiones polémicas.
  • Proponles crear una historia con un problema, y que otros grupos analicen cómo resolverlo mejor.
  • Anima al alumnado a aportar ejemplos de su experiencia en los que aprendieron tras cometer un error.

Fundamentación pedagógica

El análisis de errores es un componente clave en el desarrollo del pensamiento crítico (Kuhn, 1999). Enseñar al alumnado a analizar sin juzgar, detectar contradicciones y pensar mejoras desarrolla tanto la dimensión cognitiva como ética del pensamiento.

Desde la taxonomía de Bloom revisada, esta estrategia activa principalmente el nivel de evaluar y puede culminar en crear si se proponen soluciones. Además, favorece el pensamiento metacognitivo y la competencia personal y social, especialmente cuando se trabaja con situaciones reales del aula.

8. Escribe cartas de opinión. El pensamiento crítico para argumentar con sentido.

¿En qué consiste?

Pocas estrategias son tan potentes para desarrollar el pensamiento crítico como escribir para argumentar. Las cartas de opinión permiten al alumnado expresar su punto de vista, justificarlo con razones claras y estructurarlo de forma coherente.

Al escribir una carta, se trabaja no solo la competencia lingüística, sino también la lógica argumentativa, la empatía hacia el lector y la claridad expositiva. Además, permite que cada alumno desarrolle su pensamiento sin la presión del cara a cara.

Esta actividad puede integrarse fácilmente en proyectos, tutoría o áreas como lengua y ciencias sociales.

Ejemplo práctico

Ciclo idóneo: Tercer ciclo de primaria.

En un proyecto sobre el cuidado del entorno, se propone al alumnado escribir una carta a la dirección del colegio con esta consigna:

“Explica si crees que deberíamos eliminar los plásticos de un solo uso en las celebraciones escolares. Justifica tu opinión.”

Se les da una estructura guía:

  1. Creo que…
  2. Porque…
  3. También pienso que…
  4. En resumen…

Después pueden compartir sus cartas en pequeño grupo o en una cartelera argumentativa.

💡 Sugerencias e ideas para clase

  • Ofrece temas cercanos: deberes, deberíamos leer más en clase, cambiar normas de patio, invitar animales al aula…
  • Permite elegir si la carta se dirige al profesorado, a compañeros, a un personaje ficticio o a una figura pública.
  • Crea una “revista de opiniones” donde se publiquen las cartas con el permiso del grupo.
  • Vincula esta estrategia con el debate: primero escriben, luego debaten.

Fundamentación pedagógica

La escritura argumentativa es uno de los pilares del pensamiento crítico en educación, y aparece como eje transversal en la competencia en comunicación lingüística. Según Bereiter y Scardamalia (1987), escribir permite refinar el pensamiento y aumentar la calidad de las ideas.

Desde Bloom, esta estrategia combina evaluar (cuando se analizan razones) y crear (cuando se construye el texto propio). Es también un vehículo excelente para trabajar la metacognición, la autorregulación y la alfabetización crítica.

Tabla resumen

EstrategiaCiclo recomendadoNivel de BloomTipo de conocimiento
1. Haz preguntas que abren la mente2.º y 3.º cicloComprender, Analizar, EvaluarConceptual, Metacognitivo
2. Comparar versiones y puntos de vista2.º y 3.º cicloAnalizarConceptual, Factual
3. Usa rutinas de pensamientoDesde 1.º ciclo (según rutina)Desde Recordar hasta EvaluarFactual, Metacognitivo
4. Debate guiado2.º y 3.º cicloAnalizar, EvaluarConceptual, Procedimental
5. Detectives de argumentos3.º cicloAnalizar, EvaluarConceptual, Factual
6. Toma de decisiones con criterios2.º y 3.º cicloEvaluar, CrearConceptual, Metacognitivo
7. Analiza errores y casos reales2.º y 3.º cicloEvaluar, CrearFactual, Conceptual, Procedimental
8. Escribe cartas de opinión3.º cicloEvaluar, CrearConceptual, Metacognitivo

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Enlaces externos recomendados

Pensamiento Crítico en Primaria – Fundación Trilema

Visible Thinking – Harvard Project Zero

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