Conectar personalmente con la lectura.

La lectura es mucho más que descifrar palabras: es una experiencia transformadora que conecta a los niños con mundos, personajes y realidades diferentes.

Conectar personalmente con lo que leemos favorece el desarrollo de habilidades como la empatía, el pensamiento crítico o la retención de información. Además, ayuda a generar una comprensión más profunda de los textos, impulsa la motivación por seguir leyendo e, incluso, contribuye a reducir el estrés. Todo esto convierte a la lectura en una herramienta fundamental tanto para el desarrollo emocional como para el aprendizaje académico.

Como docentes, podemos diseñar actividades que inviten al alumnado a reflexionar sobre sus propias experiencias mientras leen. Relacionar lo que pasa en un texto con sus vivencias no solo mejora la comprensión, sino que también convierte la lectura en algo significativo y personal.

Esta infografía te ofrece un resumen de los principales beneficios de fomentar esta conexión personal con los textos. ¿Cómo puedes aplicarlo en clase? Crea preguntas abiertas, propón debates o pide a los estudiantes que redacten reflexiones personales sobre lo que leen. Recuerda que una lectura significativa es el primer paso hacia un aprendizaje duradero.

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