En la entrada de hoy, quiero compartir con vosotros dos herramientas fundamentales para mejorar nuestra forma de escribir: el tono y el estilo. A veces nos concentramos tanto en lo que queremos decir, que olvidamos cómo lo estamos diciendo, y esto puede marcar una gran diferencia en cómo nuestras ideas llegan a los demás.
El tono perfecto para cada ocasión.
El tono es la actitud con la que comunicamos, y varía según la situación y el público. Saber elegir el tono adecuado nos ayuda a conectar mejor con nuestro lector, ya sea de manera formal, amistosa o persuasiva. En esta tabla, exploramos los tonos más útiles, como el formal, informal, motivado, o emotivo, y cuándo es el momento adecuado para utilizarlos. Imagina que escribes un ensayo formal con un tono humorístico; probablemente, no logres el efecto que esperas. Con esta herramienta, sabrás exactamente cómo adaptar tu escritura según el contexto.
El estilo adecuado. Da forma a tus ideas
El estilo, por otro lado, es la forma en la que organizamos nuestras palabras y construimos nuestras ideas. Un estilo narrativo no se usa igual que un expositivo o un creativo. Cada uno tiene su propósito y conocerlos te permitirá hacer que tus textos sean más claros, creativos y efectivos. Si estás contando una historia, el estilo narrativo será tu mejor aliado; pero si estás explicando un concepto científico, el expositivo es el más adecuado.