¿Y tú qué… has hecho? Pretérito perfecto.

Aprender el pretérito perfecto de forma significativa

Muchas veces enseñamos los tiempos verbales, como el pretérito perfecto compuesto, como una lista de normas que el alumnado debe memorizar. Sin embargo, cuando usamos recursos como este panel de preguntas reales con el verbo “has”, los estudiantes entienden para qué sirve realmente. Hablar y escribir bien en pasado no es solo una cuestión gramatical: es una forma de expresarse, de compartir experiencias y de construir sentido.

Este tipo de dinámicas no solo refuerzan la estructura del pretérito perfecto compuesto, sino que lo hacen desde la conexión con vivencias reales. El alumnado se siente identificado, se ríe, recuerda, pregunta… y así, casi sin darse cuenta, va interiorizando cómo se forman correctamente expresiones como “has dicho”, “has roto” o “has visto”. Además, se fomenta la conversación auténtica y la curiosidad por los demás.

Aplicar actividades como esta en el aula evita que el aprendizaje se reduzca a una repetición vacía y mecánica, en la que los alumnos solo memorizan reglas sin entender para qué sirven. Cuando el contenido gramatical se presenta dentro de un contexto cercano, emocional o comunicativo, los estudiantes no solo aprenden mejor, sino que también se sienten más motivados y conectados con lo que hacen.

Este tipo de propuestas transforma la gramática en una herramienta viva: algo que se usa para contar, compartir y construir mensajes con sentido. En lugar de repetir conjugaciones sin contexto, el alumnado se ve envuelto en situaciones reales que les invitan a reflexionar sobre cómo hablar de sí mismos, de sus recuerdos o de sus experiencias. Así, conseguimos que escribir bien los verbos en pasado no sea una meta aislada o desmotivadora, sino una habilidad útil al servicio de la expresión personal, la comunicación auténtica y el aprendizaje significativo que realmente perdura en el tiempo.

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