Comprender al leer implica diversos aspectos fundamentales que permiten captar y procesar el contenido de un texto de manera efectiva. En primer lugar, la comprensión requiere atención y memoria, siendo la memoria de trabajo esencial para relacionar los datos leídos y almacenarlos a corto plazo. Esta memoria permite recuperar conocimientos previos y autorregular el proceso de lectura. Es importante diferenciar entre la memoria a corto plazo, que solo almacena datos, y la memoria de trabajo, que los manipula y utiliza activamente.
Además, es importante identificar el significado de las palabras y poseer conocimientos sintácticos y semánticos. Es necesario entender la relación entre las palabras y las ideas del texto; conocer el significado de las palabras es importante, pero no suficiente para una comprensión completa.
Las estrategias de comprensión lectora juegan un papel vital. Las estrategias metacognitivas regulan y controlan el propio proceso de lectura, permitiendo verificar si se está comprendiendo el texto. Las estrategias cognitivas son necesarias para la comprensión del texto en sí, y se dividen en literales, que se enfocan en la información explícita, e inferenciales, que deducen información implícita y relacionan ideas.
Para lograr una comprensión cohesiva, es fundamental entender la progresión temática de un texto, donde cada idea se relaciona con la siguiente. Aprender a enlazar las ideas presentadas es clave. Además, los nuevos aprendizajes deben arraigarse en conocimientos previos, que pueden ser reforzados o creados mediante el uso de videos, infografías y otros recursos educativos.
La comprensión lectora es un proceso complejo que requiere una combinación de atención y memoria activa, identificación y relación de significados, uso de estrategias específicas y la integración de nuevos conocimientos con los previos.
.
