La observación de sistemas desde diferentes perspectivas en el aula
Observar un sistema con atención y profundidad es una habilidad clave para comprender el mundo. Esta rutina de pensamiento ayuda a tu alumnado a desarrollar una mirada más compleja, crítica y conectada con la realidad.
En esta entrada te explicamos cómo usarla en clase, paso a paso.
¿En qué consiste esta rutina?
La rutina “Partes, personas, interacciones” invita al alumnado a detenerse, mirar con atención y reflexionar sobre un sistema: un ecosistema, una comunidad, una clase, una familia, una ciudad, un equipo…
La clave está en:
- Identificar las partes del sistema.
- Observar a las personas que lo habitan o lo afectan.
- Analizar cómo interactúan esas personas con el sistema y entre sí.

Así se despierta una comprensión más rica y profunda, más allá de las descripciones básicas.
¿Cómo aplicarla en el aula?
1. Elige un sistema significativo
Puede ser natural, social, cultural o incluso escolar:
- Un ecosistema local.
- Una ciudad o pueblo.
- El funcionamiento del recreo.
- Una organización (ONG, gobierno, cooperativa…).
2. Observa desde diferentes puntos de vista
Invita al alumnado a mirar el sistema desde la perspectiva de distintas personas implicadas:
- ¿Qué les preocupa?
- ¿Cómo les afecta el sistema?
- ¿Cómo influyen en él?
Esto fomenta la empatía y el pensamiento sistémico.
3. Plantea preguntas poderosas
La rutina propone interrogantes como:
- ¿Cuáles son las partes del sistema?
- ¿Quiénes son las personas conectadas con él?
- ¿Cómo interactúan?
- ¿Cómo afecta un cambio en una parte a todo el sistema?
Puedes trabajarlas en grupo, por escrito o en una lluvia de ideas visual.
Beneficios de esta rutina
- Fomenta la observación atenta y activa.
- Mejora la comprensión de sistemas complejos.
- Desarrolla el pensamiento crítico y empático.
- Ayuda a ver las consecuencias de las acciones individuales y colectivas.
Ejemplos prácticos
- Proyecto de medio ambiente: analizar un ecosistema y sus amenazas desde distintas perspectivas (animales, agricultores, gobierno…).
- Educación para la paz: observar un conflicto escolar desde todos los implicados.
- ODS y sostenibilidad: estudiar el sistema de consumo y su impacto social y ecológico.
Trabajar con rutinas de pensamiento como esta transforma la manera en que el alumnado observa y comprende su entorno. Enseña a ver conexiones, consecuencias y perspectivas distintas, algo esencial para aprender a convivir y a cuidar el mundo.
Una rutina sencilla, pero con gran poder transformador.
