¿Qué queremos que aprendan? Tipos de conocimiento

Una mirada a los cuatro tipos de conocimiento según la Taxonomía de Bloom revisada

Cuando nos preguntamos qué queremos que aprendan nuestros alumnos, muchas veces pensamos en contenidos concretos: las capitales del mundo, cómo se hace una resta con llevadas, o qué es una metáfora. Pero si afinamos la pregunta, nos damos cuenta de que no todo lo que se aprende es igual ni que todos los tipos de conocimiento consisten en lo mismo.

La Taxonomía de Bloom revisada por Anderson y Krathwohl (2001) nos ofrece una forma muy clara y útil de analizar esto: propone un marco bidimensional para pensar el aprendizaje. Por un lado, están los niveles cognitivos (de Recordar a Crear) y, por otro, los tipos de conocimiento.

En este artículo nos centramos en esta segunda dimensión: los tipos de conocimiento en la Taxonomía de Bloom revisada. Te explicamos de forma clara y aplicada qué significa cada uno, cómo se manifiestan en el aula y qué aportan a una enseñanza más completa y significativa.

Conocimiento factual: lo que hay que saber “de memoria”

El conocimiento factual es como el equipaje básico para cualquier viaje de aprendizaje. Incluye nombres, datos, reglas, definiciones, vocabulario técnico… esas cosas que necesitamos saber antes de poder hacer algo con ellas.

Es el tipo de conocimiento que permite que un alumno recuerde que el triángulo tiene tres lados, que el sol es una estrella, que el verbo se conjuga o que “2×3” es 6.

Algunos ejemplos de conocimiento factual serían: los días de la semana, las capitales de Europa, las partes de una flor, los signos de puntuación, los planetas del sistema solar o los números primos hasta el 20.

Tipos de conocimiento

¿Cuándo suele aparecer este tipo de conocimiento en el aula?
El conocimiento factual aparece sobre todo al inicio de un tema, cuando los alumnos necesitan construir una base. También es típico en actividades de memorización, rutinas de repaso, juegos tipo trivial, tarjetas de vocabulario o tareas como “subraya”, “relaciona”, “completa”.
Es como llenar la mochila antes de salir de excursión: sin eso, cuesta avanzar.

Conocimiento conceptual: entender cómo se conectan las ideas

Este tipo de conocimiento permite ver relaciones entre conceptos, clasificar, comparar, entender principios generales o estructuras organizadas. Es lo que nos ayuda a dar sentido a la información, a crear mapas mentales, a conectar ideas.

Es mucho más que saber cosas: es entender el “por qué” y el “cómo” detrás de ellas. Un alumno con este conocimiento no solo memoriza que hay diferentes tipos de energía, sino que comprende qué las diferencia y para qué se usa cada una.

Ejemplos de conocimiento conceptual serían: entender el ciclo del agua, comparar democracia y dictadura, clasificar animales según sus características, identificar géneros literarios, saber por qué la fracción 1/2 es más que 1/4 o comprender que los ecosistemas son sistemas interdependientes.

¿Cuándo aparece el conocimiento conceptual en clase?
Suele aflorar, cuando ya hay algo que conectar. Aparece cuando se hacen comparaciones, mapas conceptuales, debates o esquemas. También cuando usamos rutinas como “Veo, pienso, me pregunto” o planteamos preguntas como: “¿en qué se parecen…?”, “¿qué relación hay entre…?”.
Es como pasar de mirar las piezas a ver el puzle completo.

Conocimiento procedimental: saber cómo se hace

Aquí no hablamos de saber, sino de saber hacer. Este tipo de conocimiento se refiere a habilidades, técnicas, estrategias, secuencias de pasos o formas de aplicar lo que se sabe.

Es el que permite usar conocimientos para actuar, resolver, construir o producir algo. Saber qué es un texto descriptivo está bien, pero saber escribir uno… eso es procedimental.

Algunos ejemplos serían: escribir una carta formal, resolver un problema de tres operaciones con una estrategia personal, aplicar un método científico en un experimento, seguir una receta de cocina, usar reglas mnemotécnicas para estudiar o planificar una exposición oral con apoyo visual.

¿Cuándo aparece el conocimiento procedimental en el aula?
Aparece cuando los alumnos se ponen manos a la obra: en proyectos, talleres, tareas de aplicación o simulaciones. También cuando hay que planificar, construir, probar, escribir, dibujar, resolver…
Es como pasar de saber los acordes a tocar la canción.

Conocimiento metacognitivo: pensar sobre cómo pensamos

Este es el tipo de conocimiento más avanzado, pero también uno de los más transformadores. Se trata de ser consciente de cómo uno aprende, saber qué estrategias funcionan mejor para cada uno, planificar cómo afrontar una tarea, o reflexionar sobre lo que no ha funcionado y por qué.

Es el momento en que un alumno se da cuenta de que aprende mejor con dibujos, o que necesita repetir en voz alta para memorizar. O cuando decide volver atrás porque algo no le cuadra.

Ejemplos de conocimiento metacognitivo serían: saber cuándo necesitas ayuda, elegir la mejor estrategia de estudio según la tarea, revisar un trabajo con una rúbrica, detectar errores propios, organizar un plan de trabajo o evaluar si una estrategia ha funcionado.

¿Cuándo aparece este tipo de conocimiento?
Suele surgir cuando damos espacio a la reflexión, la autoevaluación y la toma de decisiones conscientes. Lo vemos en tareas finales, portafolios, diarios de aprendizaje o actividades de “aprender a aprender”.
Es como cuando un cocinero no solo sigue una receta, sino que sabe cuándo cambiarla según lo que tiene en la nevera.

  • ¿Qué tipo de conocimiento estás promoviendo en tu próxima unidad?
  • ¿Puedes añadir una tarea que implique aplicar, reflexionar o comparar?
  • ¿Tienen tus alumnos momentos para pensar sobre cómo aprenden?

Si queremos que el aprendizaje sea profundo, necesitamos trabajar no solo lo que se aprende, sino cómo y para qué. Y ahí, los cuatro tipos de conocimiento son nuestra mejor brújula.

Una clasificación con base científica: cómo se organiza el conocimiento en la mente

Porque cada tipo de conocimiento requiere estrategias distintas para enseñarlo, desarrollarlo y evaluarlo. No se aprende igual un dato que una estrategia, ni se enseña igual una técnica que una comprensión profunda.

Además, esta clasificación tiene una sólida base en la psicología cognitiva, especialmente en investigaciones sobre cómo las personas adquieren, almacenan y utilizan el conocimiento. Autores como Anderson (1983) o Gagné (1985) ya diferenciaban entre distintos tipos de contenidos mentales (hechos, conceptos, procedimientos, estrategias) en el procesamiento de la información. La revisión de la Taxonomía de Bloom en 2001 por Anderson y Krathwohl se apoya en estos marcos y sistematiza esta distinción en una tipología que combina la perspectiva pedagógica con la evidencia empírica.

En particular, el modelo reconoce que el conocimiento no es una categoría homogénea, sino que se organiza en estructuras cognitivas distintas: desde el recuerdo literal de información (memoria declarativa), hasta el conocimiento tácito para resolver problemas (conocimiento procedimental), o la regulación consciente del propio pensamiento (metacognición), tal como lo plantean autores como Flavell (1979) o Winne y Hadwin (1998) en el ámbito del aprendizaje autorregulado.

Por tanto, los tipos de conocimiento en la Taxonomía de Bloom revisada no son solo una clasificación útil para docentes: reflejan cómo el conocimiento opera realmente en la mente de los aprendices, y por eso resulta tan eficaz como herramienta de diseño y evaluación educativa.

Enlaces externos para profundizar

1. Resumen oficial de la Taxonomía de Bloom revisada (Anderson & Krathwohl, 2001)

Este documento proporciona una visión general, clara y estructurada de la revisión de la Taxonomía de Bloom, destacando las dos dimensiones: los niveles cognitivos y los tipos de conocimiento. Es un recurso esencial para comprender la base teórica y práctica de la clasificación.

🔗 Anderson and Krathwohl Bloom’s Taxonomy Revised – Quincy College (PDF)


2. Centro de Excelencia en Aprendizaje y Enseñanza de la Universidad Estatal de Iowa

Este recurso ofrece una explicación detallada de la Taxonomía de Bloom revisada, incluyendo ejemplos prácticos y una tabla interactiva que cruza los niveles cognitivos con los tipos de conocimiento. Es especialmente útil para docentes que buscan aplicar la taxonomía en el diseño curricular y la evaluación.

🔗 Bloom’s Taxonomy – CELT – Iowa State University


3. Definiciones de la APA sobre conocimientos declarativo, procedimental y metacognitivo

La American Psychological Association (APA) proporciona definiciones precisas y fundamentadas de los distintos tipos de conocimiento desde la perspectiva de la psicología cognitiva. Estas definiciones respaldan la clasificación propuesta en la Taxonomía de Bloom revisada.

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