Ver, preguntarse, conectar.

Una rutina de pensamiento para profundizar en la comprensión y fomentar conexiones significativas.

La rutina de pensamiento «Ver, preguntarse y conectar» ayuda a tu alumnado a observar con atención, formular preguntas y establecer vínculos con lo que ya sabe. Esta rutina es ideal para desarrollar la comprensión en cualquier área, ya que parte de la curiosidad natural del estudiante y fomenta la conexión con sus intereses, conocimientos previos y emociones.

¿En qué consiste esta rutina?

Esta rutina propone tres pasos clave:

1. Ver de cerca:
Observar detenidamente una imagen, objeto o situación.
👉 ¿Qué ves? ¿Qué detalles puedes notar?

2. Preguntarse:
Formular preguntas a partir de la observación.
👉 ¿Qué te preguntas? ¿Qué te intriga o te llama la atención?

3. Conectar:
Relacionar lo observado con lo que se estudia en clase o con experiencias personales.
👉 ¿Cómo se relaciona esto con lo que ya sabes o has vivido?

¿Cómo aplicarla en el aula?

Esta rutina es muy flexible y se puede adaptar fácilmente a distintas asignaturas. Aquí tienes algunas ideas prácticas:

En Ciencias Naturales

  • Muestra una imagen microscópica o un ecosistema.
  • Invita a observar y formular hipótesis.
  • Conecta con temas como los seres vivos, el medioambiente o la salud.

En Educación Artística

  • Usa una obra de arte o una escultura.
  • Observad formas, colores, símbolos…
  • Relacionadlo con emociones o contextos históricos.

En Lengua o Literatura

  • Presenta una ilustración o una viñeta.
  • Que los alumnos imaginen qué historia puede haber detrás.
  • Luego conecta con la lectura de un cuento o poema.

En Ciencias Sociales

  • Observad una fotografía de archivo o un mapa antiguo.
  • Formulad preguntas sobre la época, las personas o el lugar.
  • Conectad con el contenido del currículo de Historia o Geografía.

Consejos para que funcione mejor

  • Da tiempo suficiente para observar sin prisas.
  • Valida todas las preguntas, aunque parezcan simples.
  • Anímales a compartir conexiones personales.
  • Usa rutinas visuales: rotafolios, murales, cuadernos de pensamiento.
  • Puedes repetir la rutina varias veces con distintos temas para consolidarla.

¿Por qué usar esta rutina?

Porque la rutina ver, preguntarse y conectar activa el pensamiento crítico, estimula la curiosidad y promueve aprendizajes duraderos. Además, favorece un ambiente donde todos pueden participar y conectar desde sus propias vivencias.

Aplicar ver, preguntarse y conectar en el aula permite que cada estudiante se sienta implicado desde su mirada única, formulando sus propias preguntas y creando vínculos personales con lo que aprende. Esta dinámica no solo mejora la comprensión, sino que también fortalece la motivación y el disfrute por aprender.

Por eso, incluir ver, preguntarse y conectar como parte de tus estrategias de aula es una forma sencilla y poderosa de cultivar una auténtica cultura del pensamiento.

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