Bloom 2025: más allá del cartel de los verbos

En muchos claustros, la Taxonomía de Bloom se ha quedado colgada como un póster con verbos de colores.
Está en las paredes, en las programaciones y en las rúbricas… pero a menudo ha perdido su sentido original: ayudarnos a pensar cómo pensamos. De ahí nace Bloom 2025.

La versión revisada por Anderson y Krathwohl (2001) cambió el foco: ya no se trataba de memorizar niveles, sino de comprender los procesos mentales que se activan cuando un alumno aprende. No es una jerarquía rígida, sino una red flexible que muestra cómo el pensamiento puede moverse, subir o bajar según la tarea.

Y quizá, en 2025, esta sea una de las mejores noticias para la educación: volver a Bloom 2025 no significa volver al pasado, sino volver al pensamiento.

“La escuela no necesita más actividades creativas, sino más actividades que hagan pensar.”

Bloom 2025

Lo que muchas veces olvidamos de Bloom

Durante años, se ha usado Bloom como si fuera un catálogo de verbos para redactar objetivos o diseñar exámenes. Sin embargo, no fue creada para eso.
A continuación, algunos malentendidos frecuentes:

Mito Realidad
Es una pirámide rígida.Es una red de pensamiento: se puede avanzar y retroceder según la intención cognitiva.
Cada nivel corresponde a un tipo de tarea.El nivel lo marca la demanda mental, no la forma del ejercicio.
Solo sirve para evaluar.También es una guía para diseñar tareas y acompañar el proceso.
Los verbos determinan el nivel.Los verbos son pistas, pero el contexto define el verdadero proceso cognitivo.

Redescubrir Bloom implica dejar de pensar en “rellenar casillas” y empezar a planificar aprendizajes que hagan visible el pensamiento.

La mirada revisada de Anderson y Krathwohl

En su revisión de 2001, los autores transformaron la taxonomía original en algo mucho más potente y actual:

  1. De sustantivos a verbos.
    Ya no hablamos de conocimiento, comprensión o aplicación como sustantivos, sino de recordar, comprender o aplicar: procesos activos, no etiquetas.
  2. De una dimensión a dos.
    Introdujeron una matriz donde se cruzan:
    • Procesos cognitivos: recordar, comprender, aplicar, analizar, evaluar y crear.
    • Tipos de conocimiento: factual, conceptual, procedimental y metacognitivo.

Esta doble entrada convierte la taxonomía en una herramienta de diseño curricular y didáctico.
Permite decidir qué tipo de conocimiento queremos trabajar y hasta qué nivel de pensamiento queremos llegar.

Por ejemplo:

  • “Nombrar los planetas” → conocimiento factual + recordar.
  • “Explicar por qué Plutón dejó de considerarse planeta” → conocimiento conceptual + comprender.
  • “Diseñar una maqueta del sistema solar” → conocimiento procedimental + crear.

Hacia una Taxonomía Bloom 2025

Esta nueva propuesta se basa en la sensación dentro del aula de que ha llegado el momento de actualizar la taxonomía para la escuela que ya tenemos: una Bloom 2025 que hable el lenguaje de la evidencia pedagógica, la evaluación formativa y la era digital.

Esta renovación no será teórica, sino una serie práctica y progresiva que iremos desarrollando en las próximas entradas del blog.
Así lo haremos:

  1. Actualizar el vocabulario docente.
    En cada nivel cognitivo presentaremos verbos claros, específicos y contextualizados, con ejemplos de uso real en el aula.
    Publicaciones: “Recordar con sentido”, “Comprender para construir significado”, “Aplicar con propósito”…
  2. Integrar las competencias digitales.
    Mostraremos cómo cada nivel cognitivo puede potenciarse con herramientas tecnológicas y digitales que estimulen el pensamiento, sin que la tecnología sustituya la reflexión.
  3. Ilustrar la aplicación práctica.
    En lugar de centrarnos en productos finales, ofreceremos ideas de tareas, estrategias o enfoques de aula que ayuden al profesorado a traducir cada nivel de Bloom a su práctica diaria.
  4. Acompañar con recursos descargables.
    Cada publicación incluirá una infografía, una plantilla o una herramienta de apoyo, pensada para aplicar la taxonomía con inmediatez y sentido pedagógico.

“Bloom 2025 no es otra teoría. Es una forma de pensar, planificar y evaluar que nace de la práctica docente y vuelve a ella.”

Del hacer al pensar

Si algo nos enseña la experiencia es que pensar no ocurre solo porque se hace algo, sino porque se da tiempo y estructura al pensamiento.
Bloom no es una taxonomía de tareas, sino de procesos mentales: de cómo el alumno organiza la información, la transforma, la aplica o la cuestiona.

Usarla bien significa preguntarse constantemente:

  • ¿Qué tipo de pensamiento estoy promoviendo con esta actividad?
  • ¿Hasta qué punto mis alumnos están comprendiendo o solo repitiendo?
  • ¿Qué puedo hacer para que un paso más arriba sea posible?

Cuando un alumno logra explicar por qué piensa lo que piensa, cuando puede autoevaluarse y revisar su propio proceso, cuando deja de “hacer por hacer” y empieza a “hacer para pensar”… entonces Bloom cobra todo su sentido.

“Cada vez que ayudas a un alumno a explicar por qué piensa lo que piensa, estás subiendo un peldaño invisible en la escalera de Bloom.”
Bloomania.es

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